Guía: ¿CÓMO ELEGIR VINO EN UN SUPERMERCADO?

Cuando vamos al supermercado podemos llegar a marearnos con la cantidad de vinos que encontramos en las góndolas. La oferta es, felizmente, amplia.

No es lo mismo comprar vino que una gaseosa. El vino no es una simple fórmula que siempre se produce igual y que da un producto estándar. Hacer vino es trabajar la tierra, cuidar las vides, recorrer las rutas con el camión lleno de uva, molerla y fermentarla concienzudamente. Es darle al vino el tiempo para que madure (que a veces es años) antes de sacarlo a la venta. Es arte, ciencia y trabajo duro. Es sudor y lágrimas. Son ilusiones que se pueden esfumar en minutos por una granizada, sólo por nombrar una de las contingencias de las que son víctimas todos los años los productores vitivinícolas alrededor del mundo.

Una vez, alguien que trabaja dentro del sector vitivinícola me planteó la necesidad de simplificar la venta de los vinos en los supermercados. La solución que daba era la de disminuir la cantidad y variedad de la oferta. Admito que me disgustó y, sobre todo viniendo de un trabajador del sector, me preocupó la observación.

¿Cuántos productores quedarían afuera en está búsqueda de “simplificarle” la elección al comprador?

Disminuir la cantidad de góndolas que ofrecen vinos (o llenarlas ofreciendo menos variedad) dejaría sin trabajo a muchas familias. Suena tremendista, lo sé, pero no vender el producto es el equivalente a que deje de existir el productor. Para mi, la simplificación no viene de la mano de la reducción de la oferta, sino de darle las herramientas al consumidor para que lleve a cabo su elección sin mayores complicaciones.

Vos sabés, podés ir a vinotecas o botillerías, en donde encontrás gente que conoce sobre vinos y te puede aconsejar y guiar en tu compra. También, podés comprar vino desde tu casa o desde donde quieras, en webs especializadas. Pero, habitualmente, la mayoría compramos nuestro vinos junto a tantos otros artículos en el supermercado porque es allí donde vamos al menos una vez al mes.

Si querés saber como reconocer un buen vino, un vino de calidad, te recomiendo que leas el siguiente post: Como reconocer un vino de calidad.

🛒 Tal vez, elegir un vino en el supermercado te da la sensación de estar jugando un juego de azar en donde no sabés que te va a tocar. En esta entrada te daré las claves para que puedas llevar a cabo tu elección de la mejor forma. Verás que la compra de vino va a dejar de ser un momento de confusión para pasar a ser una experiencia placentera.

Empecemos por el NO, ¿qué vinos NO debo comprar?

  • No compres el vino si la botella está manchada. 

Esto puede ser señal de que estuvo en una caja que pudo haber sufrido impericias del trabajo (malas condiciones de temperatura y humedad, mal trato del producto, etc).

  • No compres la primer botella que está delante de la fila. 

Porque es la más expuesta está a la luz y al manoseo de los compradores. Sólo serán unos segundos adicionales seccionar alguna de las botellas menos expuestas.

  • No compres vinos que se encuentran expuestos de forma permanente a la luz.

En algunos supermercados la sección de vinos tiene una luz más tenue que en el resto de las góndolas, esto es par evitar dañar el vino.  Aquí es importante el consejo anterior de descartar los vinos de la primera fila de la góndola y comprar los que están más metidos.

  • No compres botellas calientes.

La temperatura es importante, en algunos locales el vino es expuesto a fuentes de calor. No compres una botella que cuando la tomes entre tus manos sientas que está a una temperatura más elevada.

  • No compres vinos turbios. 

Levantá la botella y observá a trasluz que el líquido no esté turbio.

  • Si el nivel de líquido en el interior de la botella es anormalmente bajo, no la compres. 

Entre el nivel de líquido y el tapón apenas debe haber un dedo de distancia. Si el nivel de líquido es muy bajo, posiblemente se deba a un defecto de embotellado y el aire allí contenido puede haber avinagrado el vino.

  • No compres el vino si la cápsula está abombada.

No compres el vino si la cápsula presenta un abombamiento (se ve algo globosa) por la presencia de aire entre ella y el corcho. Esta situación es fácilmente detectable si al presionar con el dedo pulgar sobre la cápsula en su parte superior, ésta se vuelve hacia adentro. Esto sucede cuando, por algún tipo de defecto en el cierre, el corcho permite la entrada y salida de gas.

  • No compres el vino si el tapón de corcho se percibe saliente. 

Al igual que en el punto anterior, se verá un abombamiento anormal en la cápsula. También puede indicar la presencia de un escape de aire. La cápsula debe encontrarse siempre correctamente sellada y fijada al cuello de la botella.

  • No compres vino en supermercados donde no se tiene cuidado para los vinos. 

Las altas temperaturas, la proximidad a electrodomésticos, las vibraciones y movimientos, pueden provocar la entrada de aire y el avinagramiento.

  • No compres botellas de consumo rápido viejas.

Los vinos jóvenes son botellas sin crianza (no pasaron por barrica) y fueron concebidos para ser consumidos en un plazo breve de tiempo, por eso son llamados de consumo rápido. Si vas a comprar un vino joven, fíjate que el año de cosecha para asegurarte que sea efectivamente un vino joven. Puede suceder que en el super hayan sacado a la venta con posterioridad algunas cajas olvidadas en los depósitos y al ser vinos de consumo rápido, es muy probable que su calidad haya decaído (no todos los vinos mejoran con el tiempo).

Tené en cuenta este detalle sobre todo para los blancos y rosados jóvenes, porque son más ligeros y logran mantener sus cualidades durante el mismo año en el que se produjeron. Estos vinos tienen mayor calidad durante los primeros meses porque al pasar del tiempo suelen perder en gran medida sus aromas frutales, entre otras características. Es más, si en el supermercado hay vinos blancos y/o rosados refrigerados inclínate por estos en tu elección.

  • No compres un vino joven (de rápido consumo) para almacenarlo en tu casa. 

Puede ser tentador aprovechar las promociones y comprar varias cajas para almacenar, pero estos son vinos que deben ser consumidos rápido porque no mejoran con la edad. Entonces, si cedés a la tentación de comprar varias cajas para guardar, asegúrate de abrirlas durante el transcurso del año. Igualmente, si no tenés un sitio para conservar el vino, compra únicamente lo que vayas a ir bebiendo.

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¿Cómo están organizados los vinos en un supermercado?

Primero lo primero, tomate un minuto para orientarte.

Los pasillos de los supermercados, en general, se organizan de varias maneras y los vinos no son la excepción. Prestá atención y descubrí que orden se ha seguido para exponerlos y no te pierdas de entrada en las ofertas.

La mayoría de las veces los vinos están agrupados por varietal. Otras veces por región y otras por nombre del productor o marca. Una vez que hayas descubierto la forma de organización podés empezar a seleccionar.

Establecé un rango de precios: ¿Cuánto tenés pensado gastar en vino?

Tratá de establecer un rango de precios para hacer una primera selección.
Es más fácil comenzar la elección acotando las opciones por su precio pero, si esto no es un factor decisivo para vos, seleccioná en base a los factores que voy a detallar a continuación y por último descartá por precio. Lo importante es que la relación entre calidad y precio sea óptima.

La ocasión es el factor clave para la elección del vino.

Tené en cuenta el momento: ¿Con quién o quienes lo vas a tomar? ¿Es para el brindis, para el postre, para acompañar el plato principal? ¿Con qué comida lo van a acompañar? ¿Es una ocasión especial o no?

Si te invitan y tu anfitrión te pide que traigas una botella, infórmate sobre el plato que va a acompañar así podrás saber el tipo de vino que estás buscando. Además, si conocés su gusto o el de los invitados tenelo en cuenta para hacer tu elección.

Eligí un vino que hayas probado antes y que te haya gustado.

Es la forma más simple, vas a lo seguro y es probable que estés muy conforme con tu elección al descorchar la botella de vino en tu casa.

Verás, esta recomendación es muy importante sobre todo si el precio del vino es alto. Y, por suerte, hay muchas oportunidades de probar vinos caros sin tener que pagar el valor total de la botella. Por ejemplo, hacer la Ruta del Vino, ir a las ferias y degustaciones de vinos, asistir a los eventos que se organizan en los distintos show rooms de algunas bodegas y participar de las degustaciones que organizan las vinotecas. Estas son algunas opciones, pero en todas tenés la ventaja de poder probar varios vinos y hablar con distintos expertos. Siempre es interesante y enriquecedor obtener asesoramiento profesional.

Probá mucho, descorchá lo más posible (siempre con responsabilidad y sin caer en excesos). El vino es el placer de descubrir nuevos aromas y sabores. Cada oportunidad de degustar se convertirá en una forma de ampliar tus horizontes y educar a tu paladar.

Leé la etiqueta.

En la etiqueta figura información relevante sobre el vino que puede llegar a ayudarte en tu elección.

Son sólo unos minutos lo que te va a llevar leer algunas etiquetas. Es muy común verse atraído por la botella más vistosa (sea por el diseño de la etiqueta, la forma o el precio). Sentir atracción por lo bello o lo barato es el primer impulso, pero si podés tomarte algunos minutos para leer lo que las etiquetas tienen para contarte verás que vale la pena.

En la Guía: ¿CÓMO LEER LAS ETIQUETAS DE VINO? te damos las claves para entender y sacar provecho de la información que te dan las etiquetas.

En la etiqueta está la información básica para considerar o descartar un vino: tipo, variedad, región, año de cosecha y nivel de alcohol.

Podés prestar atención a las medallas ganadas por tal o cual vino pero no creas que los vinos galardonados van a ser necesariamente mejores que el resto que se encuentra en la góndola. Pero, evidentemente, no serán los peores. Tenés la garantía que será un vino correcto e interesante.

Como has leído seguramente, varias de las etiquetas de los vinos te recomiendan con que platos podés acompañarlo. Es más fácil elegir el vino si tenés en mente una comida con cual acompañarlo porque sólo has de elegir el vino apropiado para la ocasión.

Podés leer nuestra entrada sobre los distintos maridajes posibles, así como también los antimaridajes: De maridajes y divorcios.

Disminuí las opciones posibles, definí la región o la uva que prefieres,

Eligí si para esta compra querés inclinarte por los blends (mezclas de variedades de uva) o los varietales (un sólo tipo de uva), ahí podrás descartar muchas opciones. Luego, considerá si lo preferís con notas de madera o un vino joven con notas más frutales y frutales. Recordá que si te inclinás por un vino joven debés elegir añadas recientes, a lo igual que con los vinos blancos y rosados, especialmente cuando deseás encontrar notas afrutadas y frescas.

¿Cómo puedo saber que el vino elegido es un buen vino antes de descorcharlo?

‪Bueno, ¿Qué pasa si querés probar vinos que no has tenido la oportunidad de degustar con anterioridad?

Lamentablemente no se puede hacer con un vino lo que harías con un par de zapatos, no podés probarlo en la tienda antes de comprarlo. Para saber si tu elección fue certera tendrás que comprar el vino y luego destaparlo para, finalmente, degustarlo.

Igualmente, existen algunas maneras de corroborar tu elección sin destapar la botella:

👩🏻‍💻 Infórmate sobre el vino elegido.

Podés informarte sobre cualquier vino antes, durante o después de tu compra gracias a una simple consulta en Internet. Ingresando a diferentes páginas web o blogs podés conocer un poco más sobre el vino elegido.

Además, existen aplicaciones muy buenas en donde podes leer las opiniones de otros consumidores sobre el vino que vas a comprar. Estas aplicaciones también te dan la posibilidad de llevar un registro de todos aquellos vinos que has probado, con lo cual vas a poder tener presente que vinos te han gustado más y cuales menos. Con ello vas a poder definir tus preferencias con facilidad.

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Los últimos consejos:

1) Date tiempo para conocer tus gustos.

Existen tantos vinos como tantos gustos hay. Así que date a la tarea de probar y diferenciar los que más te complacen. ¿Blanco? ¿Rosado? ¿Tinto? ¿Espumoso? Una vez hecha la elección entre estas categorías más amplias, analizá las características de cada uno. Decide si te gustan afrutados, más estructurados, jóvenes o de barrica y, de esta manera, afinarás hacia dónde dirigir tu búsqueda.

Dedica tiempo a conocer lo que te gusta.

2) Atrévete a probar nuevos vinos, salí de tu zona de confort.

Para poder cumplir el punto de arriba, descubrir lo que te gusta, es necesario probar y probar.

Tal vez ya sepas que vinos te gustan, y te quedas allí, probando siempre lo mismo. Es positivo que conozcas ciertos parámetros de lo que te gusta pero no te encasilles. Simplemente salí de su zona de confort y degustá nuevos vinos.

Un vino diferente para cada noche, ¿por qué no? Podés buscar un vino que te resulte novedoso para la cena. El vino puede ayudar a que cada comida sea diferente y un poco especial.

Es importante perder el miedo a nuevos sabores y etiquetas. No compres siempre las mismas regiones y varietales, descubre la infinidad de opciones que existen. El objetivo nunca será que recites de memoria las distintas Denominaciones de Origen o los nombres de los varietales y sus características, sino que conozcas aquellos que puedan excitar tu paladar.

Te invito a experimentar y comprar diferentes cosechas de un mismo vino. Imagínate lo divertido que puede resultar que una simple cena con invitados pueda convertirse en una gran cata vertical.

Probá las distintas variedades de uva y comparalas. Intentá recordar los aromas y sabores que distinguen a cada variedad. Descubrirás rápidamente, por ejemplo, que un Pinot Noir no tiene nada que ver con un Cabernet Sauvignon.

Probando y probando puede que te topes con alguna botella que no sea de tu agrado. Podría sucederte que pruebes algún vino defectuoso o que, simplemente, no sea del perfil que te gusta. Pues, considerá que esa botella sirve como experiencia, es un nuevo aprendizaje.

3) Invertí en el potencial de envejecimiento.

Hay vinos que mejoran con el tiempo porque van puliendo sus aristas más duras, se redondean. Si, ya se, tal vez te estás preguntando que es esto de las aristas y la redondez. No es geometría, aunque no parezca estamos ablando de vinos.

Pues, te explico estos términos en el contexto del mundo del vino. Se llama arista a algo que se siente demasiado en un vino, que le quita armonía: por ejemplo una acidez algo «agresiva» o taninos demasiado secantes (sentís en boca demasiada astringencia lo cual no te permite disfrutar de otros atributos del vino). En cambio, un vino redondo es aquel cuyos componentes están en armonía sin destacar ninguno de ellos. Es redondo porque no tiene aristas.

Volviendo al tema, no dudes en comprar vinos con un alto potencial de envejecimiento. Eso si, es algo difícil encontrar este tipo de vinos en el supermercado porque allí tienden a vender vinos más jóvenes y de salida rápida. Es preferible buscar estos vinos en vinotecas o botillerías especializadas en donde vas a poder contar con el asesoramiento de un profesional y una verdadera selección de vinos con potencial de envejecimiento.

Asesórate sobre el tipo de vino que deseas comprar. La acidez y los taninos son características determinantes para una buena evolución en el tiempo. Depende de una combinación del terruño, de las características del año de cosecha y de factores químicos que previenen la oxidación, como los taninos y la acidez.

Podrás encontrar escrito en algunas etiquetas el potencial de añejamiento del vino, pero pese a estar por escrito no es una hecho concreto. Pese a que el enólogo lo haya producido con ciertas características que podrían garantizarle la longevidad puede que, pasados los años, esto no sea así.

Nuevamente, no utilices como parámetro determinante el precio. El mejor vino para guarda no necesariamente es el más caro pero tené en cuenta que un vino con potencial de añejamiento casi siempre es de gama media a alta. En general, los vinos de entrada de gama son jóvenes, en cambio los de media gama para arriba están pensados para la guarda.

El tiempo que conservarás el vino depende mucho de su estilo, de su procedencia y de las condiciones de guarda. Una vez comprado, debe guardarse en condiciones de temperatura, humedad y oscuridad constantes. No deben haber fuentes de calor cerca.

El momento del descorche lo decidís vos, relajate que no hay errores en esto. Son sólo diferentes momentos del vino.

Dale rienda suelta a tu curiosidad, permitite experimentar. Podés comprar dos botellas del mismo vino. Una la podrías tomar a los pocos días de tu compra y descorchar la segunda años después, así podrás comparar y entender como fue su evolución (para ello es positivo tomar nota delos vinos que degustás) .

4) No te dejes influenciar por el precio.

¿Caro o barato? Esa es la cuestión.

El precio de un vino no corresponde necesariamente con su calidad. No es difícil encontrar un vino a 5 € mejor que un vino a 12 €.

Eso si, seamos lógicos. En una botella de vino hay materiales secos (botella de vidrio, tapón, cápsula, etiqueta …), el margen de distribución, el intermediario, el transporte, el IVA, etc. Con lo cual, no queda mucho para el costo del vino. Es por ello que los vinos más baratos del supermercado pueden estar en buen estado y ser correctos, pero no serán grandes vinos.

Ni el más caro es el mejor, ni el más accesible es malo.

No hay que dejarse influir por el precio. Los supermercados cuentan con excelentes vinos a un precio muy competitivo. Simplemente hay que saber cual es el presupuesto con el que contás y adaptarte a él. No elijas un vino pensando que, por tener un mayor precio, será más rico o mejor ya que notarás que esto no es así siempre.

Espero que con estos consejos no tengas ningún problema a la hora de comprar un buen vino en el supermercado.

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