TALLER DE CATA
para principiantes.

comenzamos

¿Cómo funciona el taller?

En este taller encontrarás la información necesaria, para empezar a catar vinos, en dos formatos: 

  • Escrito: explicaciones cortas con links a las entradas donde profundizo sobre cada una de las temáticas a tratar. Además, contás con la posibilidad de descargar en formato PDF la Guía gratuita de Introducción a la cata de vinos.
  • Audio: podrás darle play a cada episodio del podcast de Catar desde Cero, en donde te doy pequeños ejercicios para que practiques desde la comodidad de tu hogar.

Te doy distintas herramientas para que cuentes con las bases sólidas para disfrutar de la cata de vinos a partir de conocimientos reales y precisos. 

Es un aprendizaje progresivo, un proceso de los más divertidos que podrás realizar ya que lo más importarte es probar distintos vinos dándote el tiempo de disfrutarlos a fondo.

Si tenés alguna duda o sugerencia podés escribirme a:

hola@catardesdecero.com

se viene la segunda temporada...
pRIMEROS PASOS

Introducción a la CATA.

¿Por qué aprender a catar?

Durante la cata de vino estás en el aquí y ahora, prestás atención a lo que tus sentidos te dicen. Tu mente deja de ir y venir pensando en lo que tenés que hacer, lo que pasó, lo que fue y lo que será.

 

Aprender a catar es aprender a estar presente.

Tal vez creas que la cata de vino no es para vos, porque no tenés tiempo, porque “no podés” reconocer aromas y sabores, porque es muy complejo, etc… Pero no es así, contás con todo lo necesario para catar: tenés un cuerpo que siente y podés aprender a escucharlo.

 

Catar no es lo mismo que beber.

Cuando simplemente bebemos un vino, no prestamos atención. Obtenemos nada más que el efecto del alcohol. En ese caso, lo mismo valdría tomar vino que agua con colorante mezclada con alcohol. En cambio, durante la cata conectás con tu cuerpo. Es un proceso en donde te permitís preguntarte qué sentís. Además, gracias a este ejercicio de reflexión e indagación, desarrollás tu banco de memoria. Degustando aprenderás a recordar gustos, aromas, variedades, vinos, lugares y momentos.

 

Cuando catás salís del modo «piloto automático» y estás presente en tu cuerpo.

Puede que la oración anterior te suene algo extraña, porque tal vez consideres que es imposible dejar de “estar en tu propio cuerpo”. Si analizás con sinceridad tu rutina diaria, podrás entender a lo que me refiero. Por ejemplo, ¿cuántas veces a la semana comés frente a tu computadora, televisión o celular? ¿Te tomás el tiempo de apreciar los aromas y sabores de tu comida? ¿Recordás lo que almorzaste ayer?
Durante el día nuestros sentidos permanecen despiertos registrando estímulos visuales, olfativos, gustativos, auditivos y táctiles. Sin embargo, la mayoría de las veces no somos conscientes de esas percepciones. Estamos muy ocupados. Es por ello que, para aprender a catar, hay que aprender a prestar atención.

 

La cata es divertida.

Te permite disfrutar de todo lo que el vino expresa y compartirlo con otros. El vino sabe acompañar buenos momentos.

 

Podría decirte que los vinos son como las películas.

No podés levantarte de tu asiento en los primeros minutos de una película y considerar que sabés de que se trata. Necesitás quedarte hasta el final y ver cómo se desarrolla la trama. Pues, es lo mismo con los vinos, tenés que darle tiempo, dejar que el vino te cuente su historia.

Solo con desearlo no basta...

Tené en cuenta que el estado en modo «piloto automático» perdurará mientras que no hagas nada para cambiarlo. Simplemente, conectá con tu cuerpo. Comenzá a prestar atención a la información que recibís a diario a través de tus sentidos. El esfuerzo que inviertas en estar presente tiene un gran beneficio asociado: tu capacidad de disfrute aumentará.

 

Aprender a catar es un proceso de autoconocimiento que supone esfuerzo y reflexión.

 

Cuando catás una copa de vino, estás en el momento presente. Aunque sea por unos minutos, permitís que tu mente descanse de tanto pensamiento que salta del pasado al futuro sin sentir lo que sucede en él aquí y ahora.

 

En la actualidad, socialmente el énfasis está en mejorar nuestras condiciones externas. Ponemos tanto esfuerzo en aparentar estar bien; reflejar éxito, belleza y juventud que pasamos por alto nuestras condiciones internas. Aquello que permite que nuestro universo interior crezca no es valorado porque no se ve. Es por ello que el potencial de nuestro olfato y gusto no es aprovechado.

Consejos claves:

Cuando empezás algo nuevo ¿tenés miedo de hacerlo mal, de quedar en ridículo? Recordá: nadie nació sabiendo.

“Un experto es una persona que ha cometido todos los errores que se pueden cometer en determinado campo”. Niels Bohr, premio Nobel de Física.

Tal vez sentís que podés quedar expuesto frente a otros que saben o presumen saber y, por eso, no hacés preguntas. Respirá tranquilamente, estás en el lugar indicado para relajarte: Catar desde Cero  nace desde la curiosidad. Aquí tus dudas y experiencias son bienvenidas y, sobre todo, necesarias porque yo aprendo de vos. No dudes en escribirme a hola@catardesdecero.com (tal vez me tarde un poco, pero te garantizo que voy a leer y responder tus mails).

En este taller te propongo que pases un buen momento, copa de vino en mano. Relajate y divertite.

Degustar vino es, ante todo, una oportunidad para disfrutar.

Nuestros prejuicios no nos permiten acercarnos a ciertos vinos. Puede que el precio, el nombre de la bodega, el varietal o el hecho de que alguien te dijo que ese es un vino estupendo/pésimo, entre tantas otras informaciones externas, puedan llegar a influenciarte. Te propongo que dejés todo esto de lado al momento de servir vino en tu copa.


Permitile al vino que te cuente su historia. Creá un momento en el que puedas sentir libremente. Te sorprenderán los resultados de esta técnica.


Catar no se trata de postureo.


Tenés que dejar de lado lo que podría o debería ser el vino según comentarios, expectativas por precio, etiqueta, etc.… y prestar atención a lo que realmente sentís.

Si tratás de describir lo que sentís terminarás apreciando detalles que antes no habías advertido. Intentá apreciar los matices.

Darle nombre a lo que sentís es reconocer y recordar. Si no lo nombras, no existe.

Empezá a hacer las descripciones de los vinos que cates con tus propias palabras, no hace falta caer en el lugar común de los términos complejos. Relajate, verás que es una tarea fácil y entretenida.

Notarás que con la práctica empezás a detectar colores, aromas y sabores con mayor facilidad. Incluso llegarás a apreciar los rasgos distintivos de los diferentes varietales y, con un poquito más de práctica, podrás reconocer las diferencias entre añadas.

Este primer episodio del podcast de Catar desde Cero es una breve introducción al mundo de la cata de vinos, en donde hago hincapié en la necesidad de prestar atención a la información que recibimos a diario a través de nuestros sentidos.

¿Qué vas a necesitar para catar?

Primero, vas a necesitar un vino para catar. Luego, copas en donde servirlo. Se llena un tercio de la copa.
Se debe tomar la copa del pie o pierna evitando apoyar la mano en el cáliz, lo cual te impediría ver el vino y podría ensuciar el vidrio. Además, tomar la copa del cáliz hace que se caliente el vino.

Si querés comprar copas, pero no sabes cuales elegir, la siguiente entrada te ayudará: ¿Cómo comprar la copa de vino indicada?

A la hora de comenzar la cata, las copas que ocupes deben estar limpias, sin contaminación de otros aromas u olores y sin marcas o huellas. Es aconsejable llevar a cabo la cata en un lugar con pocos estímulos (evitar ruidos, televisión, celular, olores, etc). Porque mientras más estímulos hallan, menor es la calidad de atención que le vas a prestar a la cata de vino.

Además, el vino se debe observar con buena luz y sobre un fondo blanco (mantel, plato u hoja de papel), inclinando la copa a 45 grados. Si deseás saber todo lo que necesitás para organizar una cata de vino en casa podés ir a la GUÍA: Organiza una cata de vinos en casa.

En el siguiente episodio del podcast de Catar desde Cero encontrarás más información sobre las herramientas de cata y como utilizarlas:

El estado tanto físico como anímico en el cual nos encontramos influyen durante la cata. Si estamos cansados, tristes, resfriados o felices se va a ver reflejado en los análisis que realicemos.

También, hay que tener en cuenta la cantidad. Si has de catar varios vinos, no los tragues. Por el contrario, es aconsejable que los escupas (para ello vas a necesitar un recipiente que te sirva de escupidera). De esta forma el alcohol no influirá en tu juicio.

Además, tomate un tiempo entre vino y vino para permitir que tus sentidos descansen del estímulo. Podés beber agua y comer pan o algunas galletitas (de sabor neutro, como las de agua) para limpiar tu paladar cuando lo sientas necesario.

No te olvides de tomar apuntes durante la cata, estos te servirán como guía para ordenar la información sensorial que vas recibiendo del vino. De esta forma, te acostumbrarás a poner en palabras lo que sentís. Además, es un registro de los vinos que pruebes, tus preferencias, opiniones y reflexiones.

Tené en cuenta que la cata no es una actividad con resultados exactos, es por definición subjetiva y depende de múltiples factores.

La experiencia sensorial es un proceso único. Pese a que dos personas, valiéndose de la misma metodología, caten juntas el mismo vino vivirán dos experiencias distintas. Esto se debe a que sus anatomías, cargas genéticas e historias personales son diferentes.

Además, la cultura en la que crecemos tiene un impacto enorme en nuestros sentidos y condicionan nuestros gustos personales, así como nuestro vocabulario.

Por ejemplo: una persona de México podrá encontrar en un vino aromas a especias que yo, por haber sido criada en Argentina, no conozco y que, por lo tanto, no puedo nombrar.

copa en mano

Las fases de la CATA.

Activá tus sentidos y apreciá el vino en plenitud.

Todos estamos capacitados para analizar sensorialmente un vino, sólo hay que ejercitar la memoria y atención.

Hay que observar el recorrido que hace el vino a través de los sentidos (vista, gusto, olfato, oído y tacto). En definitiva, catar se trata de apreciar y reflexionar, así se logra obtener el mayor placer que el vino puede ofrecer.

Las fases de la cata son tres: visual, olfativa y gustativa.

Podrás saber más sobre cada una de las fases gracias al siguiente episodio del podcast de Catar desde Cero. Dale play al podcast 👉▶️

Fase VISUAL

Observá detenidamente...

el aspecto del vino.

La fase visual es el primer contacto que tenemos con el vino dentro de la cata. La información que de ella obtengas te va a permitir intuir algunas de las características que luego podrás encontrar en nariz y en boca.
Para apreciar bien el aspecto del vino, se recomienda emplear copas adecuadas y buena iluminación. Además, utilizar un fondo de color blanco permite apreciar mejor.

Fase OLFATIVA

Conociendo el vino...

por sus aromas.

Los aromas son percibidos por el sentido olfativo, en dos niveles:
• Una percepción directa: cuando hueles el vino.
• Una percepción indirecta: cuando encuentras los aromas del vino en la boca, gracias a la ruta retro-nasal.
A través de la mucosa nasal, también, percibimos algunas sensaciones táctiles, como lo es la causticidad (sensación irritante) causada por los vinos muy alcohólicos.

Para reconocer y recordar los aromas:

Se paciente, prestá atención a lo que hueles (no sólo cuando estés frente a una copa de vino, sino todo aquello que comés, los olores que podés apreciar caminando al aire libre, cocinando, etc…) y trabajá tu memoria para reconocerlos y recordarlos.

A) La Rueda de los Aromas.

La Rueda de los Aromas proporciona un gráfico visual de las diferentes categorías y componentes de aroma que uno puede encontrar en el vino. La terminología utilizada está estandarizada para el uso tanto de profesionales como de catadores aficionados.

El objetivo de su creación fue darle a los catadores un vocabulario a partir del cual pudiesen describir los diferentes aromas que puede presentar un vino.

B) Las tres etapas claves para memorizar aromas.

ETAPA 1: SENTIR Y GRABAR.

Si deseás grabar un aroma en tu «aromateca» mental , hace un esfuerzo real de atención. Enfócate en las sensaciones que percibís. Esta información es captada por tu sentido del olfato y se transmite a tu cerebro a través de las neuronas olfativas.

ETAPA 2: ASOCIAR PARA ALMACENAR.

1/ Intelectualizar la sensación.

Es pasar de la sensación a un trabajo de apropiación gracias a clasificar el aroma. Para ello podés hacer uso de la Rueda de los Aromas. Además, podés guiarte a partir de la clasificación de aromas primarios, secundarios y terciarios.

2/ Emplear sinestesia. 

La sinestesia es la atribución de una sensación a un sentido que no le corresponde. Combinar la sensación proveniente de distintos sentidos ayuda a memorizar con mayor facilidad. Por ejemplo: asociar el aroma de alcanfor al color verde (olfato – vista).

ETAPA 3: EVOCAR EL RECUERDO.

Para restaurar la información registrada y almacenada es necesario trabajar esta etapa de evocación. No hace falta que describas el aroma, sino que simplemente evoqués su sensación en tu cabeza a través de tus recuerdos.

👉 Si querés profundizar en la memorización de aromas, te recomiendo que entres al siguiente post: EL CARIBE EN MENDOZA O LA HISTORIA DEL LULO.

Fase GUSTATIVA

Llegó el momento de beber...

Pero esta vez, prestando antención.

El olfato y el gusto son sentidos “químicos” porque perciben las moléculas que entran en contacto con ellos. Muchos de los sabores percibidos son, en realidad, aromas que sentimos al tomar los alimentos y que nos llegan por la vía retronasal. Esto sucede cuando aspiramos una pequeña cantidad de aire que regresa a través del canal nasal y llega a los receptores olfativos.
Durante la fase gustativa se analizan cuatro elementos: intensidad, cuerpo, equilibrio y persistencia.

Tres momentos claves.

Durante la fase gustativa sólo pasan unos pocos segundos entre el momento en que el vino entra en tu boca, y cuando lo escupís (o lo tragás). Estas sensaciones en boca se van percibiendo de forma paulatina, a medida que avanza la cata. Esto nos permite definir 3 momentos, que corresponden a la evolución de tus sensaciones:

1️⃣ Ataque:

 Son las primeras impresiones que sentís apenas tomás un sorbo del vino.

2️⃣ Medio:

Mientras hacés que el vino recorra toda tu boca durante unos segundos, prestás atención a lo que sentís.

3️⃣ Final:

Son las sensaciones que quedan en boca una vez que has tragado o escupido el vino.

Durante la cata, es muy importante que prestes atención a cómo te sientes cuando el vino ya no está en tu boca. ¿Notas que las impresiones persisten?: pueden ser uno (o más) aroma(s), un sabor, una sensación táctil.

¿Qué encontrarás en el final de boca? Para responder a esta pregunta, podés leer el siguiente post:

Guía en PDF para profundizar cada fase de la cata

RECONOCIENDO SENSACIONES

Todo es cuestión de equilibrio.

Son tres los ejes posibles a graficar a la hora de visualizar el equilibrio de un vinos:

  • El eje de la acidez: La acidez, presente de forma natural en la uva, está en el origen de la sensación de frescor en el vino. La acidez proviene de los ácidos orgánicos de la uva o de la fermentación.
  • El eje del alcohol: Los alcoholes aparecen con la fermentación de los azúcares del mosto. El alcohol etílico es el que le da el grado alcohólico al vino.

  • El eje de los taninos: Los taninos, presentes en grandes cantidades en la piel y pepitas de la uva, son el origen de la estructura de los vinos tintos y de sus notas amargas. La estructura del vino le da al paladar una impresión de espesor y volumen (de densidad). Cuando son demasiado pronunciados, los taninos pueden resecar el paladar.

El equilibrio en vinos blancos.

La percepción sensorial es la organización, interpretación, análisis e integración de estímulos exteriores, que implica el funcionamiento de los órganos de los sentidos y del cerebro.

En el episodio número 4, vamos a hacer pequeñas pruebas que nos ayudarán a interpretar las sensaciones de dulzura y acidez en el vino. Dale play. 👉▶️

El equilibrio de un vino blanco seco es el más fácil de graficar, ya que solo tiene dos elementos: la acidez y la dulzura (tené en cuenta que el alcohol participa de la sensación dulce).

🍋 Cuando intentés evaluar la acidez de un vino blanco podés hacerte las siguientes preguntas: ¿es pesado, espeso, suave, fresco, vivo, nervioso, picante o demasiado verde ?

🍭 Cuando vayas a evaluar el alcohol de un vino blanco podes clasificar (posicionar mentalmente) el vino entre las siguientes categorías: demasiado alcohólico, embriagador, untuoso, dulce, ligero o delgado.

El equilibrio en vinos tintos.

En el episodio 4 me centré en los vinos blancos, ahora llegó el momento de los tintos. En este episodio te daré las claves para que puedas describir los tintos que cates. 

Para definir el equilibrio de los vinos tintos, nos basaremos en 3 factores, en 3 ejes: Acidez, Dulzura y Astringencia.

En definitiva, al degustar vino tinto, analizaremos el vino describiendo (entre otras cosas) su nivel de tanino, a diferencia del vino blanco, para el que el análisis se realizó a lo largo de 2 ejes: dulzura y acidez.

Primero haremos un pequeño experimento para que puedas reconocer la sensación de astringencia con facilidad. Dale play al video para escuchar como llevar a cabo el experimento de los taninos.

Astringencia:

Es la sensación de amargor y sequedad en la boca. 

La sensación de astringencia que podemos encontrar en los vinos tintos tiene origen en los taninos.

Los taninos son la «estructura» del vino. Le dan estructura en boca (la impresión de que el vino «se mantiene unido» gracias a un marco tánico). Un vino tinto que carece de taninos se puede definir como «plano», mientras que un vino tánico equilibrado se dice que tiene «cuerpo». Un vino con taninos demasiado marcados podría definirse como «astringente» o «duro».

Lo que más marca la diferencia en el paladar entre el vino blanco y el tinto es la presencia de taninos.

Los taninos en el vino provienen de dos lugares posibles: las uvas de vino y la madera.

TODO COMIENZA EN EL VIÑEDO

Los varietales.

Existen 6800 especies viníferas, aunque solo una minoría se utiliza para la elaboración de vinos. En la obra Wine Grapes de Jancis Robinson, Julia Harding y José Villamouz, se hace el recuento de más de 1300 variedades de uva con las que se elaboran vinos que se comercializan actualmente en alguna parte del mundo. Las cepas más conocidas proceden originariamente de Europa, son las llamadas variedades clásicas, nobles o tradicionales. Algunas personas los clasifican como varietales internacionales versus los varietales regionales. Ejemplo de estas variedades llamadas clásicas son: Chardonnay, Syrah, Merlot, Malbec y Pinot Noir.

Tres vinos blancos.

En este episodio veremos tres variedades conocidas como clásicas, me enfocaré en contarte un poco sobre tres varietales de uvas blancas.

Te aconsejo comprar vinos de estas variedades para practicar en casa, se que será una ardua tarea tener que sentarte con tu copa a probar vinos, pero la única forma de aprender a catar es catando, así que tendrás que hacer el sacrificio.

En el podcast número 5 te doy una breve presentación de cada uno: Chardonnay, Riesling y Sauvignon Blanc.

 

Dale play al podcast 👉▶️

Tres vinos tintos.

En este episodio me voy a centrar en 3 variedades de uva tintaS, te contaré sus características que son las pistas que te ayudarán a identificar estos 3 varietales con facilidad.

Las tres variedades tintas de las que te hablaré hoy son: Cabernet Sauvignon, Pinot Noir y Merlot.

Reitero el consejo de comprar vinos de estas variedades para practicar en casa, se que será una ardua tarea tener que sentarte con tu copa a probar vinos, pero la única forma de aprender a catar es catando, así que tendrás que hacer el sacrificio todo sea en pos del conocimiento.

Dale play al podcast 👉▶️

Las 13 preguntas más frecuentes:

Creadora de catardesdecero.com

Lidia Hernandez

Hola, soy Lidia de Mendoza (Argentina), la tierra del buen sol y el buen vino. De formación enóloga y personalidad curiosa. Estoy aquí para ayudarte a conquistar el mundo del vino, una copa a la vez.

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